Al masticar realizamos una fuerza de unos 40 kilos. Los dientes sólo deben contactar cuando masticamos. Mientras hablamos, paseamos, trabajamos, dormimos… nuestros dientes nunca están en contacto, o no deben estarlo.
El bruxismo consiste en hacer un frotamiento o apretamiento de los dientes del maxilar inferior frente a los del maxilar superior, de forma involuntaria, especialmente mientras dormimos. Es un hábito nocivo y muy perjudicial, que realizamos una gran parte de la población.
Algunas de sus consecuencias son:
– Desgaste de los dientes, pudiendo llegar con el tiempo incluso a exponer los nervios.
– Pérdida del hueso que rodea los dientes, y movilidad de los mismos.
– Dolor y bloqueo de la articulación de la mandíbula con el cráneo.
– Dolores y contracturas de los músculos de la masticación y de las cervicales. Dolores de cabeza.
– Aumento de la sensibilidad dentaria.
El tratamiento es una férula de descarga, que evita dicho frotamiento y deterioro.
Las férulas tienen un diseño muy concreto y es necesario que estén muy bien ajustadas.
Cuando a un paciente, consciente o no del problema, le diagnosticamos el hábito y le fabricamos una férula adecuada, en poco tiempo se habitúa de tal forma, y es tal el beneficio que percibe, que no quiere dormir sin ella.